martes, 8 de diciembre de 2015

Venezuela Hoy.

Hace algunos años leí la novela de Rómulo Gallegos, en las primeras páginas viene una re conveniencia a un personaje: “nunca le hagas caso a un venezolano, siempre son exagerados”—cito de memoria, tal vez sean los llaneros--. Y esto lo digo porque las noticias que nos llegaban cuando Chávez era nuevamente candidato veíamos a los amigos golpeándose duramente por apoyo en contra o a favor hubo causa de divorcios, separaciones, llantos, lágrimas. La política daña demasiado. Una cosa muy inaudita para los capitalinos mexicanos que la mujer te puede correr de la casa pero uno nunca se va. Estoy tratando de asimilar lo que ocurre actualmente en Venezuela. Desde hace un par de años he estado haciendo un seguimiento de sus noticias. Los focos rojos comenzaron cuando se impuso las tarjetas de racionamiento y cuando comenzaron las colas. Nosotros vivimos esos hechos anteriormente, quién no recordará los discursos grandilocuentes y dramáticos de José López Portillo, y toda su secuela, de hecho no hubo racionamiento pero sí existió el ocultamiento de productos de primera necesidad: huevo, leche, azúcar, frijol, maíz, etcétera, durante décadas. Con el hambre de la gente no se puede jugar. La situación fue cada vez más dramáticas en Venezuela: estudiantes en paro, universidades cerradas, muertos, encarcelados, hasta que finalmente  tenemos estos resultados: 99 (Mesa de la Unidad democrática) de 167 diputados de la Asamblea nacional. Mi preocupación continuó cuando vimos la candidatura de Nicolás Maduro en medio de una cerrazón tal, nuca escuchó seguramente un consejo para rectificar su campaña y así como nuca rectificó su política económica o la rectifico para mal. Los mismos opositores de clase media utilizaban en su contra los recursos de protesta que utiliza la mayoría de los movimientos civiles de izquierda en América Latina, es decir, le estaba arrebatando sus banderas. Se conserva la presidencia pero en una situación muy complicada, recordemos que la caída de Salvador Allende fue promovida por los grupos Económicos del país e incluso los sindicatos como los de los transportes. Faltaba un traidor entre las filas que sería el general Augusto Pinochet. El desenlace de ese caldo de cultivo lo vemos venir ¿quién no quiere jubilación, quién no quiere un trabajo bien remunerado, quién no quiere una universidad pública, quién no quiere una forma digan de vivir?  Las transnacionales y los banqueros afilan sus uñas. Mucha cautela. La mentira es una legión. La verdad es una. (Fotografía: Yuri valecillo)

4 comentarios:

Unknown dijo...

Nunca imaginé que las cosas estuvieran tan mal en Venezuela ¿Tendrás un libro impreso? Gracias.

Luis MIRANDA dijo...

A mí me tocó visitar Venezuela en 2006. Había ido por cuestiones de trabajo. En ese entonces, desde mi llegada al aeropuerto la gente no dejaba de ofrecerme la compra de bolívares por el mercado negro. Mi contacto fue con gente de las clases medias altas, cuya única preocupación en ese momento era que tenían que pedir su nueva camioneta Mercedes Benz con mucha anticipación y que tenían que respetar un plafón de compra. Una clase que en su momento me pareció frívola e indignada de que tuvieran que abriles cuentas bancarias a sus sobrinos que mediaban como presta nombres para que los tíos pudiesen sobrepasarse en sus retiros de efectivo en el extranjero.

Ignorante de lo que vivía en mi viaje, no me daba cuenta que ya desde entonces el pueblo venezolano anunciaba su condena a la miseria.

Anónimo dijo...

A mí me tocó visitar Venezuela en 2006. Había ido por cuestiones de trabajo. En ese entonces, desde mi llegada al aeropuerto la gente no dejaba de ofrecerme la compra de bolívares por el mercado negro. Mi contacto fue con gente de las clases medias altas, cuya única preocupación en ese momento era que tenían que pedir su nueva camioneta Mercedes Benz con mucha anticipación y que tenían que respetar un plafón de compra. Una clase que en su momento me pareció frívola e indignada de que tuvieran que abriles cuentas bancarias a sus sobrinos que mediaban como presta nombres para que los tíos pudiesen sobrepasarse en sus retiros de efectivo en el extranjero.

Ignorante de lo que vivía en mi viaje, no me daba cuenta que ya desde entonces el pueblo venezolano anunciaba su condena a la miseria.

Miram Ventura dijo...

Certero Chilango, certero, en una conferencia sobre libertad de expresion decia que M aduro caminaba hacia el abismo. Y esta Venezuela ahi, justamente porque las cosas han estado mal desde que el dedismo de Chavez toco a Maduro...so sin estarlo.