viernes, 29 de mayo de 2009

POPULISMO

Cuando era niño recuerdo que se leía…, yo leía al “Cocodrilo Santiago”, que fue mi primera lectura apasionada y jamás he vuelto a ver ninguna de esas revistillas infantiles y me parecían chingonsísima, y a “Memín Pinguín” –todavía no era Pingüin-- y a “Chanoc” y a “Kalimán y a la “Pequeña Lulú” y a “Fantomas” y el “Capulinita”… que yo era un tío muy ilustrado. Pero los adultos leían a Luis Espota –quien un famoso crítico—que no digo su nombre por respeto había dicho que tenía en el apellido el oficio de la mamá---, supongo que esos lectores actualmente son los que siguen leyendo los bet-sellers. También estaban los que leían “El Manifiesto del Partido Comunista”, a Sigmund Freud, a Erich Fromm, a Federico Nietzsche, ah, se me olvidaban, a los Poetas Malditos. Todos estos lectores importantes para los cambios políticos posteriores en nuestro país: La salida del PRI de la presidencia de nuestro país.
De todo este grupo de lectores, yo simpatizaba con los poetas malditos pero eran más escasos y muy raros de encontrar, porque siempre vestían de una manera fascinante, de muchos colores y collares y pantalones acampanados, con barba y bien recortada y una brillantina en los cabellos, unos tipazos y siempre cuando iban casualmente a las fiestas, porque era un chavalito y no podía ir a cantinas y bares, ellos siempre hablaban de sus poemas y de los poetas que les gustaban leer y hablaban y se emborrachaban y siempre estaban de viaje, y yo nunca les entendía nada pero eran fascinantes por eso, parecía como si hablaran unos marcianos. Lo cierto es que ninguno de esos poetas que le denominaban malditos pertenecía a los poetas malditos: Arthur Rimbaud quien era un muchachito que despreciaba a su profesor de griego y de literatura, Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé, etc. Los lectores de Luis Espota eran los burócratas y funcionarios públicos que la estaba pasando bien. Los lectores del partido comunista siempre hablaban de política y de los priistas y de la lucha de clases y como todos los demás eran simpatizantes de ese partido, siempre los corrían de las casa y de la fiestas y siempre vestían de una mezclilla espantosa y casi lumpen, pero sí eran belicosos, eran de los tribus radicales que hoy en día han sido reducidos a cero en los partidos políticos, pero ahora su mezclilla es de primera y viven como ricos con mal gusto, siguen comiendo tacos de carnitas y bebiendo mezcal. Era el grupo mayoritario y con quien antes de su llegada al poder simpatizaba y con quien aprendí mucho de economía política, de historia, de literatura ni un solo comino. Fundadores del PRD y ya no leen ni un coño.
Los que leían a Freud y a Fromm hablaban de los derechos humanos, de los derechos de la mujer, de la pobreza, etc. muchos de ellos terminaron en las organizaciones civiles ONG´S y de pobretólogos, que siguen con los mismo temas. Los que leían mis tiras cómicas terminaron como carniceros, mecánicos, peluqueros y como yo que escribo estos artículos.
Por ese entonces, cuando andaba buscando mi estilo sin saberlo, eran tiempos de matricularme en La Universidad , que yo no quería cursar ya nada y no quería estudiar, había reprobado alguna materia –geometría descriptiva--- y por eso me había juntado en el último año escolar de la prepa con unos amigos borrachos y cantábamos y bebíamos y todo me parecía tan luminoso y tan bello, vivíamos en un cerro arriba de los barrios de donde yo pernoctaba –como los presidentes de este país-- y hacíamos poemas, leíamos: Carlos Fuentes, Pacheco, García Lorca, Jorge Ibargüengotia, y entonces no teníamos dinero ni novias ni un coño, nada, solo un montón de libros y una cámara fotográfica vieja Zenit con la que desnudamos a alguna estudiante de filosofía y nuestros talleres de creación literaria. Coño Raúl, como olvidarlo, y un día que vivíamos en una casa prestada, una niñita hija de la vecina tenía un pollo más o menos crecido y entonces la niñita le daba de comer dulces y no teníamos plata y entonces robamos el pollo y lo cocinamos y estaba riquísimo y entonces nos burlábamos porque la niñita le daba de comer dulces, como nos divertíamos, porque subíamos por el único camino que había para llegar a la casa noche tras noche con un cartón de cervezas en los hombros y mis amigos eran medios católicos y los dos traían una medallita de Cristo en el pecho y las viejas murmuraban porque las escuchábamos: “allí van esos de la medallita”. Me ofrecieron ir a Nicaragua a vacacionar, que allí había una guerra revolucionaria, no me había parecido mala la opción, pero todos conocemos lo que paso con Daniel Ortega. Por consejo de un amigo de la prepa que daba clases –coño, que no digo su nombre por respeto-- que fue quien me recomendó que me matricula como estudiante de letras, no estaba convencido del todo…venía de un taller con un escritor muy famoso que se dedicaba a la palindromagia –y no digo su nombre por respeto---. Años más tarde supe que era populismo, una corriente literaria Alemana y que de allí se derivo en un termino político “populismo” que es como lo entendemos ahora. Así se entiende a los gobiernos mayoritariamente de América Latina (LA) y en nuestro país se recrudece esa expresión con José Lopéz Portillo (JOLOPO). En literatura recordé la lectura de un cuento de Césare Pavese, cuenta el pasaje de cuando lo llevan preso y entonces lo están interrogando: La señorita de la voz ronca va por la playa. Su sombrero vuela: están en esas playas de Italia y corre y quiere alcanzar ese sombrero y de pronto le espeta un golpe en la cara y despierta con un farol en la cara y una voz profunda y rencorosa le cuestiona: "¿Esta es la señorita que colabora con ustedes?. Él se da cuenta que ha sido un sueño, pero que sigue preso. Se llama el cuento de "Primer Sueño" de Ítalo Calvino. Búscalo. Es bueno. Sabes ha Pavese nuca lo quisieron y nunca se caso con alguna mujer. Nunca lo quisieron. Él recuerda constantemente a "la señorita de la voz ronca". Cesare Pavese era un tipazo de no ser por su muerte que se suicido con somníferos. Creo que este autor es el que mejor representa este concepto. Si esto es populismo que me pongan en la lista.