En la tradición literaria veo que Don Juan es un nombre muy poderoso, Juan fue uno de los doce discípulos, por ejemplo. Pero en la época colonial el tener el «Don» al nombre significaba abolengo y riqueza. Los primeros apellidos españoles hacer referencia las provincias de donde los habitantes son originarios, por ejemplo Guzmán es el nombre de una provincia en España. En México también hay algunos lugares que se llama así: Ciudad Guzmán. Juan es un nombre hebreo, muy antiguo. España mantuvo una relación muy fuerte tanto con los pueblos hebreos como los árabes.
En medio de la oscuridad y cuando llega la hora de dormir nos vamos con el recuerdo de los cuentos que nos contaban para aterrorizarnos. Recuerdo algunas historias de estas que nos contaron. El hombre que pedía la hora y una vez que le respondías te clavaba un cuchillo y te soltaba una sentencia mientras uno muere: es la hora en que vas a morir. Recuerdo la canción de Román Castillo: ¡Dónde vas Román Castillo, Dónde vas pobre de ti…. ante noche fui a tu casa y tú no querías abrir… es la historia de un Don Román que fracasa…En una des estas historias que me han contado hay una particularmente que me ha dejado asombrado, es el cuento de un español de aquellas épocas coloniales, alguien tal vez como este Don Juan, hombre que va cruzando un puente y se encuentra con un jinete a la mitad del cruce. Este jinete va vestido como un árabe. Entonces, este le pide fuego para encender un cigarro, Este español le brinda el fuego y en el momento en que enciende el cigarro se lleva su alma, pero lo que le da brillo a esta historia es que es un demonio árabe, no es un demonio cristiano. Esto le da un giro completo a la historia.
¿Cómo llegó el Don Juan a convertirse en un símbolo del amor invencible y triunfante?
Una de las referencias que tenemos es «Cárcel de amor» de Diego de San Pedro. Lercio es el personaje que va a rendirse ante la mujer que ama. Es un hombre encadenado en una cueva en medio de lo que es La Sierra Morena, esa cierra de las canciones del Cielito Lindo. Lercio, a la manera de la copa rota, rompe las carta que Laureola le ha escrito y se las bebe en un veneno. Mozo sírvanme la copa rota que quiero llorar gota a gota… Aunque en esta versión de novela sentimental no ocurre el parricidio ya en la siguiente versión de «El convidado de piedra», nuestro amigo Don Juan es un personaje pendenciero y osco. Más difícil de domar por medio de un sentimiento baladí. Tenía que llegar la versión del Tenorio de Zorrilla para que conociéramos este Don Juan Romántico y refinado, donde a pesar de los males logra triunfar sobre todos los malos presagios de una manzana podrida hecha a perder a los demás.
"Calavera a Doña Inés"
No es verdad querida muerte
si esta apartada orilla
como dijo Don Zorrilla
la luna brilla más fuerte.
—
Si Inés burlar su suerte
ella quiso irse con su Juan
entre calaveras ellos han
de bailar en su vientre.
—
No te detengas guadaña
Al público arremete
como grumete sacudes
sí, en el teatro, con saña.
—
Felices huesos somete
disfruta esta morosa
trágica historia rosa
toma los hueso y vete.
—
Habrá Centellas y Juanes
los naipes jugando mucho
acompañados de un chucho
saboreas huesos de Juanes
—
fragancias de pieles frescas
en el público quedarán
cuencas vacías urdirán
lombriz comida de yescas.
—
Tus hábitos mal logrados
será disfraz en un tomo
del Don Juan quedarán como
caprichoso tira dados.