Gervasio Robles, personaje de una tira cómica, cantaba estos versillos cuando conquistaba alguna rubia en sus inagotables aventuras policíacas. Eran los años 70, las bandas se reproducían como esporas en nuestros barrios citadinos. En contraposición, las razias y redadas de la policia de esta ciudad se extendian día y noche sembrando temor en la población. Veniamos de un México que alguna vez había alcanzado la suficiencia alimentaría y había logrado disminuir el analfabetismo. Surge la expresión de la banda como un espacio de identidad y sobrevivencia ante las “crisis económicas” que se gestaban en ese momento y que estaban por venir. Las bandas eran una expresión cultural alternativa en la mancha urbana debido a los fracasos de los movimientos sociales democráticos o revolucionarios que debilitaban la credibilidad de los gobiernos populistas o dictatoriales de Latinoamérica. La sociología urbana hacía grandes esfuerzos por comprender el comportamiento de estos fenómenos, los cuales todavía esperamos los resultados teóricos de esas investigaciones.
"La sociología urbana hacía grandes esfuerzos por comprender el comportamiento de estos fenómenos, los cuales todavía esperamos los resultados teóricos de esas investigaciones."
Las bandas como los Panchitos, eran un núcleo donde se suplía las carencias afectivas que no había en el núcleo familiar. Ante la manifestación del amor y paz en la música rock los medios de propaganda inauguraban la edad de los rok stars o de los solistas por cuestiones de pérdidas y ganancias. Esta idea mercantil de la música popular norteamericana llega a su expresión en el concierto de Avándaro (Tenantongo) en nuestro país. El estado le temía a las manifestaciones masivas por lo que tiempo después ya no permitió más conciertos. Era el final tanto de las familias numerosas como de las grandes migraciones del campo a la ciudad. Fue también una gran época para los sindicalistas, así como el desarrollo de las grandes multifamiliares (La Infonavit Iztacalaco, unidad habitacional Vicente Guerrero) para satisfacer la cada vez más demandante vivienda. Aún existía la creencia popular que a cada hombre le correspondían siete mujeres.
"Aún existia la creencia popular que a cada hombre
le correspondían siete mujeres."
Era época final de la liga 23 de septiembre, la desaparición de la D.I.P. --la policía secreta--. En el estado de México surge el Barapem (Batallón de Radio Patrullas del Edo. Mex.) institución donde tendría su escuela el enemigo público número uno: Alfredo Ríos Galeana. En el algún cerro del oriente de la ciudad se leía: “vote por José López Portillo” que fue el candidato único a la presidencia del país porque el PAN (Partido Acción Nacional) decidió no participar en las elecciones ante los constantes fraudes electorales. Juan Villoro escribió alguna novelita con ese tema “Materia Dispuesta” en la que se narra la vida de un arquitecto homosexual. Por primera vez, el Partido Comunista logra un millón de votos en las urnas y su reconocimiento oficial como partido. La mayoría de los obreros votaba por el partido del gallito o por Cantinflas. El final de López Portillo es el recuerdo de hombre llorando en su informe de gobierno por lo fallido de su administración. Surgían los grande tirajes en las tiras cómicas: El Pantera, el Chanoc, Hermelinda Linda, Kalimán, “El Hombre Increíble”, el Águila Solitaria, Novelas Inmortales, El Libro Sentimental, el Sussy… Había nacido el Uno Más Uno, la revista Procesos, la revista “Por Esto”. La literatura de moda era las novelas de Luis Spota, etc. En la música comercial surgían los Bukis, los Pasteles Verdes, Rigo Tovar, José José, Julio Iglesias, Nelson Ned, Roberto Carlos, Piero, Leonardo Favio y ya en años poesteriores el grupo Menudo. La clase media y la clase alta detestaba la música ranchera y el tequila (lo siento José Alfredo). Sonaba también la música Latino Americana con Mercedes Sosa, los Calchaquís, Silvio Rodríquez y Pablo Milanes… y un montón de músico que era expulsado de las dictaduras del sur (recordemos la Operación Cóndor). El mundial de futbol Argentina 78. El nacimiento de los ejes viales. Todo esto en dos décadas. El uso de la minifalda y las pantimedias. El nacimiento de la Universidad Autónoma Metropolitana. Nace el Instituto Federal Electoral operado por la Secretaría de Gobernación. El establecimiento de la central de Abastos. En el cine predominaba las película de Tintan, El Santos, las películas de Karate. Nuestras madres soñaban con Andrés García y Jorge Rivero. Las telenovelas comenzaba su mejor momento: “Mundo de Juguete”, “La Gata”, y “El Maleficio” ya en los 80. La vida nocturna comprendía a los salones de baile como El Califas.
La cárcel de Lecumberri, mejor conocida como “El Palacio Negro”, era insuficiente y los presos comenzaban a ser llevado a la penitenciaría de Santa Martha. Los presos era tan disímbolos: José Revueltas (“Hay José, qué haremos sin ti en estas revueltas”), Goyo Cárdenas, José Agustín y el Capitán Fantasma, quien aunque no estuvo allí, si estuvo en casi todas las cárceles de mi país (Mi héroe de verdad).
"La vida nocturna comprendía a los salones de baile como El California,
mejor conocido como El Califas ."
Existía un litigante mejor conocido como “El Hombre Del Corbatón”, él, español, gallego, se dedicaba a defender presos desinteresadamente. Netzahualcóyotl fundada por una fuerte población Oaxaqueña, empezaba ser invadida por cientos y miles de bares. Allí, en todas esas circunstancias los fraccionadores en Iztapalapa y sus alianzas con el PRI (Partido Revolucionario Institucional) se dedicaban a extorsionar a los habitantes del famoso de Paraje San Juan. Así es como nacen las principales organizaciones demandantes de vivienda: Conamup, Frente Francisco Villa, Movidig, Antorcha. Todo esto era el caldo de cultivo para la expropiación de un predio de 240 hectáreas conocido como Paraje San Juan en Iztapalapa. Paraje San Juan es una de las siete regiones en que se divide la Delegación y comprende cerca de 40 colonias. Es parte de un polígono que forma Ermita Iztapalapa, San Lorenzo, Av. Tlahuác y el Pueblo de Santa Cruz. No debemos olvidar nunca todo esto que sucedió.
Recomendamos: “Las Tribus Urbanas” de Maffesoli.